Esta semana se ha conmemorado el 25 aniversario del lanzamiento de la primera versión de Photoshop, un programa que hoy en día es el gran referente en edición de imagen.
Photoshop es imprescindible en estudios fotográficos y redacciones de revistas, y ha permitido también a miles de personas de todo el mundo dar rienda suelta a su imaginación con retoques fotográficos y creaciones desde cero.
También ha tenido un gran impacto a nivel social, y ha dado pie a encedidos debates sobre la conveniencia o no de aplicar Photoshop a las fotos de modelos que luego miles de adolescentes de todo el mundo siguen, adoran e imitan.
Pero lejos de sesudos debates, hoy me gustaría centrarme en los desastres de Photoshop. En todas esas veces en las que alguien, de buena fe, ha intentado borrar un kilo de más o colocar una mano mejor, y la cosa al final ha quedado fatal. ¡Aquí tenéis una selección de los 16 peores desastres de Photoshop!
Al diseñador que photoshopeaba esta foto para un catálogo de Target se le fue la mano con el borrador…
Y esta modelo de otro catálogo inexplicablemente pierde 20 centímetros de la cintura a las caderas.
Atención: para tocar realmente bien la guitarra, necesitas al menos seis dedos.
Igual que para participar en American Idol, un concurso de cantantes en Estados Unidos.
Kim Kardashian haciendo un reportaje para Vogue, sin darse cuenta de que acaba de revelarnos que es una vampira porque no se refleja en el espejo.
Y hablando de vampiros y otros monstruos, aquí creo que querían ponerle ojos azules a un niño que no los tenía, pero acabaron haciendo esto.
¡Por fin conocemos el secreto de Victoria! Es un bolso invisible, claro 😀
Igual de invisible que el acompañante de este motorista…
El papá que se hace la foto con esta familia…
O el ¿enano? subido a la espalda de uno de los protagonistas de esta foto.
Claro que, puestos a elegir, ¿qué preferirías, tener unos brazos larguísimos…
…o unas piernas sin final?
Sé que es difícil elegir, pero recuerda: siempre es peor perder un brazo…
O una pierna.
Yo lo tengo claro: me quedaría con el doble ombligo.
Pero ya sabes, lo importante es aceptarse a uno mismo tal y como eres, y no pretender engañar con cosas que no son realmente tan grandes… 😉
