Como buen usuario de Windows, lo más seguro es que hayas tenido que abrir en alguna ocasión el Administrador de tareas para cerrar una aplicación que se había quedado bloqueada. Y probablemente luego lo hayas cerrado sin más, para seguir con lo tuyo.
Pero lo cierto es que esta pequeña y práctica utilidad de Windows esconde algunos secretos que vale la pena descubrir. Formas de abrirlo, opciones de configuración, herramientas integradas… a continuación tienes un repaso a todos esos detalles ocultos en el Administrador de tareas de Windows (disponibles de Windows 8 en adelante) que quizás no conozcas.
Todos conocemos la clásica combinación de teclas Ctrl+Alt+Supr para abrir un menú donde podemos elegir lanzar el Administrador de tareas. Pero si lo que quieres es ir directamente al Administrador, puedes hacerlo presionando la combinación Ctrl+Mayús+Esc.
También puedes abrirlo haciendo clic derecho en la barra de tareas y escogiendo la opción correspondiente desde el menú contextual, o desde el llamado menú de inicio avanzado, al que puedes acceder mediante la combinación de tecla Windows + X o haciendo clic derecho en el botón del menú Inicio.
A veces lo que se ha colgado no es una aplicación, sino el propio Windows. En estos casos un reinicio del sistema completo suele ser la opción más común, pero si lo quieres evitar prueba a reiniciar el Explorador de Windows: localízalo en la lista de aplicaciones, haz clic derecho sobre él y escoge la opción «Reiniciar».
Más allá de mostrar una lista de programas y procesos en ejecución, el Administrador de tareas también te permite seguir al detalle el rendimiento de tu ordenador y cómo se reparte los recursos de sistema. Puedes ver esta información en la pestaña de Rendimiento.
¿Hay algo en ejecución en tu ordenador que no reconoces? Quizás sea algún tipo de malware… Para asegurarte, haz clic derecho sobre el elemento en cuestión y selecciona «Buscar en línea». Esto iniciará una búsqueda en tu navegador gracias a la cual podrás averiguar más cosas sobre ese procesos sospechoso.
Hay algunos detalles de la interfaz del Administrador de tareas que puedes personalizar fácilmente. Por ejemplo, haciendo clic derecho sobre cualquiera de las columnas, puedes añadir o quitas las que quieras. Y si además vas a la opción «Valores del recurso» en ese mismo menú contextual, puedes cambiar la unidad de medida de las columnas de Disco, Memoria y Red, y elegir entre porcentajes o valores. Así podrás ver, por ejemplo, si una aplicación está usando «un 10%» de RAM, o un número concreto de MB.
A veces puedes tener un programa en funcionamiento, pero no recuerdas en qué carpeta de Windows lo tienes guardado… El Explorador de tareas también puede ayudarte con eso: localiza el programa en cuestión en la lista de procesos activos, haz clic derecho sobre él y escoge la opción «Abrir ubicación del archivo». Esto te llevará instantáneamente a la carpeta donde está guardado dicho fichero.
Por último, pero no menos importante, el Administrador de tareas de Windows te da la oportunidad de averiguar los motivos por los que se ha podido colgar una aplicación. Para ello, ve a la pestaña Detalles, haz clic derecho sobre el proceso que da problemas, y selecciona la opción «Analizar cadena de espera». Esto puede darte alguna pista sobre por qué se ha bloqueado ese programa.
Los grupos de WhatsApp son un mal necesario. En muchos casos preferiríamos no estar en…
A veces pruebas aplicaciones que te sorprenden, como por ejemplo Pixlr: una app para editar…
Puedes disfrutar de tus libros favoritos en papel, en formato electrónico (ebook)... ¡y también en…
Últimamente oímos hablar de inteligencia artificial en todas partes. Porque ahora puedes tener IA incluso...…
Microsoft Edge es el navegador que viene integrado con las versiones más recientes de Windows.…
Si buscas una alternativa gratis a Spotify para tener música en tu Android, atención a…