Experiencia Bosch: así podría ser la ciudad del futuro

La semana del 7 al 11 de septiembre tuve la suerte de participar, junto con otros cuatro blogueros, en la llamada Experiencia Bosch: un viaje por varias ciudades españolas visitando diferentes instalaciones de Bosch para comprobar en primera persona cómo se está aplicando su tecnología en diferentes áreas – desde los electrodomésticos que usamos en casa, hasta las cámaras que emplea la Policía para controlar el tráfico.

Experiencia Bosch: así podría ser la ciudad del futuro

En esta serie de tres artículos haré un resumen de mis impresiones de la #ExperienciaBosch, que compartí con Sergio, Xabier, María Jesús y Javier, además de Sandra y José Manuel de Bosch, y Víctor de Drygital.

Cada uno de los artículos estará centrado en un área diferente, y como siempre, mi punto de vista será el del «ciudadano de a pie» – una persona como tú y como yo, que más allá de números y datos, quiere saber cómo funciona toda esa tecnología y, sobre todo, qué partido puede sacar de ella.

Domótica y urbanismo: una ciudad inteligente

Cuando pensamos en «la ciudad del futuro», imaginamos una gran urbe con rascacielos llena de coches flotantes que se desplazan a toda velocidad y enormes pantallas al estilo Blade Runner. Pero lo cierto es que las ciudades inteligentes son mucho más normales. Es el caso de Rivas Vaciamadrid, una pequeña localidad situada a 15 kilómetros de Madrid que visitamos el primer día de la Experiencia Bosch.

Experiencia Bosch: así podría ser la ciudad del futuro

Rivas es la típica «ciudad dormitorio» de poco más de 80.000 habitantes, que en 2004 decidió crear una red de interconexión entre sus edificios municipales. Lo que empezó como una especie de intranet ha acabado con todo el municipio cableado con fibra óptica, una instalación que ahora Rivas puede realquilar a operadoras – y gracias a lo cual la inversión en su día ya está más que amortizada.

Pero más allá de tener todos los edificios municipales conectados (oficinas, colegios públicos, centros deportivos, bibliotecas… así hasta un total de 86) las posibilidades que ofrece esta red son casi infinitas. Además de que todos los vecinos de Rivas tienen wifi gratis, la tecnología implementada en esta ciudad ayuda en áreas como eficiencia energética, seguridad ciudadana y educación, entre otras.

Cómo la tecnología puede ayudar a ahorrar

Algunos de los ejemplos que vimos de cómo toda esta instalación de Rivas puede ayudar a ser más eficientes energéticamente eran muy sencillos y a la vez muy ingeniosos. Para empezar, lo más simple: tanto la luz como la temperatura de los edificios municipales se controlan vía Internet, y cuentan con sensores que miden el consumo de agua y luz, y avisan de cualquier posible problema en tiempo real a la persona que esté de guardia. Ya no hace falta esperar a recibir la factura para detectar que algo no va bien.

Experiencia Bosch: así podría ser la ciudad del futuro

Además, los ordenadores, puntos de acceso Wifi, luces y demás están programados para apagarse automáticamente. Lo mismo ocurre con las luces de pabellones deportivos, que sólo se encienden cuando hay gente. Este simple gesto supone un ahorro de 12.000 euros al año.

Fuera de los edificios, elementos como fuentes y placas fotovoltaicas repartidos por toda la ciudad se pueden controlar también remotamente. Es más, cualquier ciudadano de Rivas puede acceder a datos genéricos sobre la energía generada y consumida por las placas solares de la ciudad, en la web del Ayuntamiento. Y como curiosidad, pudimos parar y volver a encender una fuente con un simple clic desde el ordenador. Por supuesto, las fuentes cuentan con su propio horario y sistema de detección de fugas, todo enfocado al máximo ahorro.

Uso de tecnología en educación

He defendido aquí muchas veces el uso de la tecnología en la educación de los más peques, y la red de colegios públicos de Rivas es un buen ejemplo. Las instalaciones de domótica de la ciudad pemiten que todos los colegios dispongan de banda ancha, además de gestionar sistemas informáticos y pizarras electrónicas, y poder supervisar y controlar el gasto de luz y agua entre otras cosas.

Dado que muchos de los datos de esta gran red de interconexión municipal están disponibles online, muchos profesores los usan además como elemento educativo para sus alumnos.

El punto absurdo de todo esto es que sólo los colegios de primaria se benefician de esta tecnología, puesto que la Comunidad de Madrid ha impedido que se aplicara también a los institutos de Secundaria. Cosas de la política…

Tecnología y seguridad ciudadana

Toda esta instalación sería un poco más difícil de manejar a ciegas. Aquí es donde entra la tecnología de Bosch, responsable del sistema de gestión de vídeo sobre IP que controla más de 300 cámaras (aproximadamente la mitad de las casi 600 que están repartidas por todo Rivas).

Experiencia Bosch: así podría ser la ciudad del futuro

Gracias a las cámaras, la Policía Municipal puede controlar incidencias, ver el estado del tráfico o vigilar cualquier situación, todo ello en tiempo real. Lógicamente en una instalación que data de 2004 las cámaras han ido renovándose poco a poco, y las instaladas más recientemente ofrecen ya calidad de imagen HD, con un nivel de zoom que permite leer matrículas sin dificultad.

La tecnología de estas cámaras de Bosch cuenta también con algo llamado análisis inteligente de vídeo, un sistema capaz de ver más allá de las imágenes. Como ejemplo, si la policía detecta un robo y el delincuente huye en un coche de color rojo, puede pedir a las cámaras que localicen todos los vehículos de ese color.

Otro elemento que me llamó la atención es la «proactividad» del sistema. Por ejemplo, si una cámara detecta que un ciudadano lleva más tiempo del normal junto a una estación de bicis de alquiler de la ciudad sin coger una bici o dejar una aparcada, envía una alarma a la policía en caso de que pudiera estar planeando un robo. No sé si me recuerda más a Minority Report o a Person of Interest

Obviamente, ante un sistema así enseguida surgen dudas sobre la privacidad. Por eso el sistema está dotado de un filtro especial que impide enfocar dentro de casas y pisos (la imagen simplemente se vuelve de color negro). Y en caso de duda, el ciudadano tiene derecho a revisar las imágenes.

Districlima: una forma diferente de proporcionar energía

Pero Rivas no es la única ciudad que se beneficia de las tecnología de Bosch para reducir gastos y ser más respetuosa con la naturaleza. En Barcelona pudimos visitar las instalaciones de Districlima, una red urbana de calor y frío que provee a varios edificios de la Ciudad Condal de climatización reduciendo al mínimo el impacto medioambiental, al mismo tiempo que se ahorran costes y se optimiza en mantenimiento y seguridad.

Experiencia Bosch: así podría ser la ciudad del futuro

La idea de Districlima es ofrecer una solución centralizada a las necesidades de climatización de edificios públicos como hoteles, oficinas, centros docentes y, por supuesto, edificios de viviendas. Así, en lugar de que cada uno de ellos tenga su propio sistema independendiente, todos ellos estarían conectados a la estructura de Districlima, que se encargaría de generar y distribuir la energía en forma de calor y frío a través de una red de tuberías aisladas térmicamente.

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Como es lógico, esta estructura requiere de obras y de una inversión previa, pero a la larga sale a cuenta: es más barato, es más fácil de mantener, es más seguro y es más respetuoso con el medio ambiente, por mencionar algunas de sus ventajas.

Actualmente Districlima proporciona calor y frío a unos 70 edificios en toda Barcelona, conectados a través de una red de casi 14 kilómetros de extensión. ¿Y dónde entra Bosch en todo esto? Sencillo: son los proveedores de las enormes calderas que usa Districlima para generar energía.

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