El teletrabajo ha experimentado un gran auge en los últimos dos años. Primero motivado por el confinamiento forzoso que muchos países impusieron a causa de la pandemia. Y luego, porque las empresas que implantaron el teletrabajo a la fuerza, al final se dieron cuenta de que… tampoco era tan mala idea. Y siguieron apostando por esta nueva modalidad de laboral.
Esto no resulta extraño si tenemos en cuenta los beneficios del teletrabajo: ahorro de gastos para la empresa y para el empleado, mejor conciliación laboral y familiar… pero también tiene sus puntos débiles, sobre todo en lo que a la seguridad se refiere. Para cualquier empresa cuyo funcionamiento se basa en Internet, conseguir que sus trabajadores en remoto puedan teletrabajar de forma segura es un elemento clave. Y aquí es precisamente donde el uso de un Escritorio Virtual puede resultar de gran ayuda.
Se trata de una tecnología que permite acceder a nuestro puesto de trabajo y a todas las utilidades que necesitamos para desempeñar nuestra labor desde cualquier dispositivo. Sólo es necesario tener una conexión a Internet. Y lo más importante, ese acceso es totalmente seguro.
En otras palabras, en un escritorio virtual estamos usando una plataforma basada en la virtualización de nuestro entorno de trabajo habitual, sólo que con la flexibilidad propia del trabajo en remoto. Además, a través de los servicios Cloud que nos proporciona el proveedor, podemos acceder a todas las aplicaciones y herramientas necesarias para el trabajo. Y también, por supuesto, a todos los archivos, documentación, información corporativa, etc.
Ventajas de los escritorios virtuales
Las ventajas de este tipo de tecnología están claras. La primera, y quizás la más importante, es que sigue manteniendo las mismas ventajas del teletrabajo (más flexibilidad, mejor rendimiento…) a la vez que pone el énfasis en el punto que más podría preocupar a las empresas: la seguridad de los datos de su organización. Pero, ¿qué otras ventajas aporta el uso de escritorios virtuales en entornos de trabajo en remoto?
Ahorro de costes
Dado que los escritorios virtuales se ejecutan en los servidores del proveedor, no es necesario hacer una gran inversión económica en renovar los dispositivos de acceso de los empleados (portátiles, tablets, etc.). Además, al tratarse de una tecnología de gestión centralizada, es relativamente fácil hacer el despliegue inicial en la empresa. Luego, a medida que cambian las necesidades y requisitos de la empresa, se puede ir escalando tanto en número de perfiles de usuario como en capacidad de almacenamiento.
Copias de seguridad
Los escritorios virtuales no sólo proporcionan un ambiente de teletrabajo más seguro, sino que además cuentan con funciones extra que reducen considerablemente las consecuencias que podría tener un ciberataque. Entre otras, por ejemplo, el uso de copias de seguridad para no perder ni un solo dato vital de tu empresa en caso de accidente informático.
Rapidez de adaptación
Los teletrabajadores no tienen que adaptarse a un nuevo sistema operativo, ni aprender a usar una aplicación. Con los escritorios virtuales estarán en un entorno conocido de sobras, en su sistema de siempre, con los programas habituales para su trabajo. El coste de adaptación es prácticamente cero, con lo que a esta tecnología se le puede sacar partido desde el minuto 1.
Imágenes de Vlada Karpovich y de Andrea Piacquadio