¿Te imaginas llegar a tu casa después del trabajo y encontrártela convertida en una piscina de bolas gigante?
Esto es precisamente lo que le pasó a la mujer de Roman Atwood, un chico que se dedica a gastar bromas para grabarlas en vídeo y subirlas a YouTube.
Mientras ella estaba en el trabajo, Roman llamó a un grupo de amigos y familiares para que le ayudaran a llenar su casa con 250.000 bolas de plástico de colores.
¿Cómo crees que se lo tomó ella? No te pierdas el vídeo: