En este blog hemos hablado en alguna ocasión de las máquinas virtuales y de cómo podemos usarlas para probar un sistema operativo que aún no ha salido de forma oficial al mercado y está sólo disponible en fase beta. Por ejemplo, Windows 8 o Windows 10.
Pero, ¿sabes realmente qué es una máquina virtual? ¿Cómo funciona? ¿Para qué sirve? ¿Qué ventajas tiene?
En este artículo responderé a todas estas dudas. ¡Todo lo que siempre has querido saber sobre las máquinas virtuales y nunca te has atrevido a preguntar!
¿Qué es una máquina virtual?
A grandes rasgos, una máquina virtual es un ordenador dentro de tu ordenador. No, no abras tu PC para buscarlo dentro: no está ahí físicamente (por algo se llama «virtual»), sino que se trata de un programa que funciona como si fuera un ordenador independiente.
Un Windows 7 dentro de mi Mac
Es decir, es un programa que ejecutas como cualquier otro, y en cuya ventana tendrás otro sistema operativo, otro escritorio, otra carpeta de ficheros… todo ello contenido dentro de ese programa y aislado del «resto» de tu ordenador.
Cada una de estas máquinas virtuales cuenta con su propio hardware virtual: procesador, memoria RAM, disco duro… todo esto se toma «prestado» del hardware real de tu ordenador, y se dedica a la máquina virtual mientras la estés usando.
¿Para qué sirve una máquina virtual?
Una máquina virtual no es una cosa sólo para «frikis» o para gente muy técnica. Cualquiera con un poco de curiosidad por probar cosas nuevas puede usarlas (son bastante fáciles de configurar) y aprovecharlas para un montón de cosas. Por ejemplo:
- Experimentar con un sistema operativo diferente. ¿Has oído hablar mucho de Linux y te gustaría probarlo, pero no te atreves a dar el paso definitivo? Instala una copia de Linux en una máquina virtual dentro de tu ordenador, y listo.
- Probar una nueva versión de tu sistema operativo. A menudo es posible probar las betas de nuevas versiones de nuestro sistema operativo. Una máquina virtual te permite echarles un vistazo sin «romper» nada en tu instalación actual.
- Probar software que requiere otro sistema operativo. ¿Usas Mac, y necesitas probar una cosa de Windows? Una máquina virtual es la solucíón a tu problema – y el pan nuestro de cada día para muchos bloggers como yo…
- Instalar una aplicación que no es del todo fiable. Si has descargado un programa que no parece de mucho fiar pero aun así necesitas instalarlo, pruébalo primero en una máquina virtual para ir sobre seguro.
- En general, probar cosas y hacer experimentos. Muchos de nosotros tenemos curiosidad por testear nuevos programas y hacer todo tipo de pruebas, pero el sistema operativo puede «sufrir» bastante. Con una máquina virtual no tendrás estos problemas.
¿Qué necesitas para tener una máquina virtual?
Una máquina virtual se compone principalmente de dos elementos: por un lado, el software para crearla, y por otro, el sistema operativo que quieres instalar en ella.
Como software, las dos alternativas más populares del mercado son VirtualBox y VMware Player. VirtualBox es gratuita y funciona en Windows, Mac y Linux. Es ligera, fácil de configurar e incluye un montón de funciones interesantes.
VMware Player, por su parte, es la versión gratis de VMware Workstation, un sistema de máquinas virtuales de pago. Puede no tener tantas funciones avanzadas, pero también es una buena alternativa. Sinceramente, he usado las dos y me gustan las dos, así que mi consejo es que pruebes una, y si no te convence, pruebes la otra. ¡No pierdes nada!
En cuanto al sistema operativo, necesitarás un disco de instalación. En algunos casos (sobre todo con Linux) también puedes usar un fichero ISO que contiene el sistema operativo y que se puede descargar de Internet.
¿Qué ventajas y desventajas tiene una máquina virtual?
Ya he mencionado algunas ventajas de las máquinas virtuales a lo largo del texto. La primera, sobre todo, seguridad. Si usas una máquina virtual para probar una versión beta de un sistema operativo o un programa que no parece muy de fiar, no pondrás en peligro tu sistema operativo «real», puesto que todo queda contenido dentro de la máquina virtual.
Otra ventaja es el ahorro de tiempo. Si tienes que estar probando programas de diferentes sistemas operativos, una máquina virtual te evita estar continuamente cambiando de ordenador. Además, cuando después de muchos programas probados y muchos experimentos la máquina virtual comienza a ir más lenta o a fallar (como un ordenador «real»), puedes volver a tenerla como recién instalada en unos pocos minutos.
Como desventajas, mencionaría el espacio que ocupan. Cada una de ellas necesita varios gigas de disco (y puedes tener varias a la vez, claro) así que necesitarás bastante espacio para poder usarlas sin que tu ordenador se resienta. A esto también podríamos añadirle el consumo de recursos (recuerda, la máquina virtual utiliza el procesador y la RAM de tu sistema «real»), con lo que necesitas un ordenador medianamente potente para usarlas sin problemas de rendimiento.
Y otro punto que puede darte problemas es el uso de dispositivos externos. Por ejemplo, cuando conectas una unidad USB tienes que asegurarte de que quien la detecta es la máquina virtual, no el sistema operativo nativo… No es complicado, pero puede llegar a ser un poco pesado.
En resumen, las máquinas virtuales pueden ser muy útiles en muchas circunstancias. No son en absoluto algo muy técnico sólo reservado a los usuarios más expertos, y pueden ayudarte a probar nuevos programas y conocer nuevos sistemas operativos sin riesgos para tu PC.
poner como desventaja que ocupa mucho espacio cuando hoy en dia tenemos discos duros de varios teras por unos pocos euros y no poner la gran desventaja que es que ocupa muchos RECURSOS (RAM, CPU….) tiene delito…
Buen apunte el de los recursos, lo añadiré.
Pero no todo el mundo tiene disco de varios teras… (sobre todo desde que se ha popularizado el uso de discos SSD, que son bastante más caros).
falto decir una de las cosas importantes de las maquinas virtuales, y es que son portables, facilmente se puede pasar una o varias maquinas virtuales de un equipo a otro